Fotografía: Christian Alarcón
Existe un delicado sentimiento de ternura que nos provoca la infancia de la humanidad, y también la nuestra. Por ejemplo, las momias, a ellas las contemplamos burlescamente detrás de las vitrinas de los museos pero siempre nos han inspirado respeto y una verdadera simpatía. Nos inspiran agrado, y es extraño, sentimos cariño por esos semejantes tan lejanos y tan próximos a la vez, pues hasta donde yo veo, esos alocados muchachos también parecen momias.
No comments:
Post a Comment