JOLGORIO EN PUENTE PANCHO

Así me lo propuse,
en silencio,
bajo un árbol grande,
en pleno bosque.
Nuestra carpa y los demás accesorios de rigor,
garrafas, gallinas,
conejos, cogollos.
Vida silvestre.
Los scouts gritan sus juegos alegremente bajo
la suave luz de la luna.
La luna alta, constelaciones
que son paralelas con lo divino de ella,
enteramente desnuda.
Así quería que sucediera todo,
con Coldplay sonando
encima de unas rocas que yo mismo acomodé.
Ella fumaba paseando alrededor del fuego,
miraba nuestra fogata,
se autocensuraba la alegría,
aguantaba el jolgorio que escapaba
de mí igual que un huracán etílico, a gritos.
Este verano tengo mi cabeza
entre sus muslos,
y miro engolosinado el cielo.
El cielo mira para otro lado,
me desprecia porque tengo el vino,
el fuego y
además, su piel.