Wednesday, June 16, 2010

XVIII



DESPÚES DE VARIOS MESES, y de varias mamaderas tibias, Vicente comenzaba a dar sus primeros pasos, no estaba ni ahí con estar en los brazos de nadie, quería caminar solo, se agarraba de las paredes, de los árboles, se sacaba cresta y media y no lloraba, estaba relleno de algodón y, como lo definiera la tía Verónica,
-este guatón rico parece que es de goma–

Vicente tenía extrañas manías de supervivencia, manías que de una u otra forma le iban dando un carácter especial al querubín salvaje de babero. Le gustaba, por ejemplo, tocar los lóbulos de las orejas de sus padres antes de dormir, amasándoles esa parte con delicadeza y sintiendo placer al hacerlo, esto se podía notar en su cara de éxtasis espiritual al estar en contacto con aquella extensión carnosa de la oreja. El Chato y la Perri no le ponían color con su retoño, lo dejaban hacer las de kiko y caco, siempre y cuando no se pasara pa’ la punta.

El niño comía bien, dormía mejor y se notaba que no tenía taras de aprendizaje visibles. La Perri lo andaba trayendo de punta en blanco y ambos preferían no comer en días que faltaba el manllare, pero Vicente siempre tenía su leche y tres comidas diarias servidas, incluso le habían comprado suplementos alimenticios para darle. La tía Verónica no hacía comentarios al respecto, solo pensaba –No será musho–.
Tenían un pequeño bam bam en casa y ambos estaban orgullosos de su angelito. Lo sacaban a dar vueltas en coche y después de unos minutos se aburría y se paraba cual Almirante en proa viendo al océano de personas por Patronato y Loreto. Cuando era demasiado su aburrimiento se tomaba de las manillas del coche y tomaba vuelo y sin pensarlo dos veces daba un gran salto a la cuneta y caminaba al lado de sus padres chochos. Nunca escapaba de la vista de sus progenitores, eso estaba prohibido.

2 comments:

angelilith said...

Se viene E L L E N G U A J E D E L O S V I V OS

Elver Cruzila said...

Gracias Princesita, pero tal vez se venga antes El DIALECTO DE LOS MUERTOS...