Tuesday, October 24, 2006

Juan Kongos patea la perra.



Después de mucho tiempo me dispongo a fumar verde con Juan Kongos, voy a conseguirla donde el Chaggy, los paquetes traen poco y pienso seriamente abandonar al camello. Un hombre lee poesía sentado en un tronco podrido y su madre lo busca por cielo, mar y tierra, tiene servida la comida y ella se indigna cuando se enfría.
-Lo siento, esta casa está llena de Tierra.
-No podría ser de otra manera, estamos en la Tierra.
-Entonces trabajémosla.
-No trabajaría por nada del mundo. Odio trabajar.
-El trabajo dignifica al hombre.
-Pero el trabajo que tiene un buen sueldo y no la porquería que nos ofrecen.
-¿Qué te gustaría hacer de tu vida?
-Quiero ser marino mercante.
-Quieres ser un maricón igual que Kerouac.
-Descartuchar minas que no saben nada es lo peor, en los puertos en cambio te encuentras con ninfomaníacas experimentadas.
-¿Qué tiene que ver?-, dice Juan.
-Prefiero zorritas viejas y peludas, con olor a zorra en lo posible. Una mujer de puerto...-Es muy peligroso.
-Por supuesto, ese es el riesgo que se debe correr con las mujeres.
-Deben ser capaces de intimidar.
-Te comprendo, una actitud puramente sexual.
-Por supuesto, acaso te gustaría que una mujer te intimidara de otra manera.
-¿A ti te gustaría?
-Claro que no, sería peor que un asalto.
-¿Entonces porque preguntas esa clase de imbecilidades?
-Emm…no lo sé.
-Piensa dos veces antes de hablar.
-¿Estás tratando de aconsejarme?
-Te doy un consejo. Nunca obedezcas a alguien mayor que tu.
-Eres una tontera viva, tu tienes veintidós y yo quince, ¿qué quieres decir?
-Entendiste bien. Eso prueba que puedo contra ti.
-Eso prueba que tratas de competir con alguien mayor y te conviertes en un estúpido gorila chupapico.
-Fuck you, ¿what is you fucking problem?
-¡Dios mío!, pobre criatura.
-Me gustan las mujeres de dos tetas, de raja grande y que parezcan inteligentes, levantadas al alba y paseando desnuda por la casa, despierta y que conozca el crimen.
-¿Para que quieres una mujer así?, tu eres un oso.
-Para eso justamente, para invernar en su interior.
Las mujeres me miran el culo y me lo tocan, las comunistas se ríen de mi poto de león, las chiquillas tienen todo el derecho a reírse, después de haber llorado más de veinte años, Saturnino les pela el cable, las golpea con erotismo enfundado, les agarra las tetas y rebota en sus esponjosas nalgas sudadas, Saturnino ríe con los trucos sexuales que desempolvó de la bodega del terror. Todo se funde en rojo fuego.
-¿Un oso?, me cagaste, ¿que pretendes decir?
-Un oso, una guevá floja, sin originalidad, un monstruo inservible, un humilde hombre
de la urbe cosmopolita y distinguido entre los osos, un pronombre de una oración nunca dicha, un genio Eurekense con algunos atributos que no me conciernen- le digo.
-No quería venir a tu casa y lo pensé mucho, pero vine porque eres mi amigo y tengo unas amigas que quieren conocerte, yo pago todo, elevemos nuestro nivel, las minitas son lo máximo.
-¿Se me montarán?
-Elver, viven en una mansión, debemos enamorarlas con nuestro carisma.
-¿Enamorarlas?, prefiero perder la tarde con una mujerzuela en un cabaret.
-Perdónalo Señor, no sabe lo que dice.
-¿Tienen mucho dinero?
-Elver sabes que no mentiría con algo así, están podridas en plata.
-Me anima. No hay nada que perder.
-La fiesta puede cambiar nuestras vidas, imagínate en un auto nuevo y bien cuidado, con ropa cara y dejando atrás la americana igual que un bacán haciendo cosas buenas por el prójimo y no las maldades que hacen los otros tontos.
-Yo no estoy ni por ahí con esa catarsis tuya de megalomanía estúpida, siempre he desconfiado de esas perras que buscan un pico con ruedas y tu crees que me voy a mezclar con tus ideas fachas, cualquiera que te escuchara pensaría que eres tu hermana, que estás completamente afiebrado y ansioso de poder, ni que fueras la Bolocco.
-¿Lo quieres insinuar?, hazlo, me gustaría castrar los cerebros militares, cazar moscas con sus cuerpos en descomposición, chupar tetas y cagar debajo de un puente. Eso me gustaría hacer.
-¿Entonces estás loco?, algo se te aflojó en la cabeza.
-No, a ti también te gustaría cagar debajo de un puente, diré las cosas por su nombre.
-Sí, la verdad no puedo discutirlo, pero prefiero reír en la cara del rey de la bohemia.
-No te rías de él, su clase social lo distingue.
Todos alguna vez han pateado la perra, Juan Kongos dejó embarazada a una chica que no es su verdadero amor, su culo es de los favoritos, pero lo demás no, de cara es un huevo, conozco demasiado a Juanito y la trata como a una pendeja chupapico.
-¡Mi amor no te rías de mí, dime cosas buenas. Apenas alcanzo a oírte!
Juan Kongos es dueño de la mentira como Elver es el lord de la paja. Es complejo tratar de aconsejarle heroísmo a un cadáver. Juan es muy listo y nada tímido, era el único que hacia pompas de jabón cantando por Eureka. Una noche que estábamos borrachos lo invité a dormir a mi casa, era tarde y los cogoteros esperaban cualquier descuido. Nos quedamos en mi pieza escuchando “Bello Barrio” de Mauricio Rédoles y sus poesías a Lenon y Lenin, esa noche tomamos vino como carretoneros y celebrábamos el triunfo de la Universidad de Chile contra Colo Colo. Juan Kongos se acostó en la cama de Luna y yo me tiré en un sofá cama, eran como las cinco de la madrugada y mientras hablábamos Juanito bostezó, en eso, sin medir las consecuencias le metí el dedo en la boca y él lo mordió con toda su fuerza, con el inmenso dolor del apretón empecé a gritar:
-¡Suéltame!, ¡suéltame conchetumadre!, ¡me duele, me duele!-
Golpearon la puerta y mi madre media soñolienta pudo ver como me quejaba, ella imaginó lo peor, un acto sexual lleno de ambigüedad juvenil y con cierta cuota de duda exclamó:
-¡Elver, acuéstate en tu cama!-, de acto seguido dio un sonámbulo portazo.
Juanito se reía sin hacer ruido y burlándose de mí, seguimos bebiendo hasta que el sueño nos derrotó. Hoy por hoy estoy pateando la perra, encontré trabajo pero no es ese el motivo por el que estoy derrotado, sino que el sitio de tortura está muy lejos de Eureka y la micro demora tres horas en llegar, la Nasa está estudiando la posibilidad de contratarme para viajes interplanetarios debido a mi gran resistencia. Almuerzo cualquier cosa en la micro, tallarines con arvejas y choclo y trozos de carne molida y cebollines, perdí un poco el tema por el que me senté a follar a esta máquina llena de polvo, es una máquina vieja, pero que aún tiene tinta y palabras por decir, no me preocupa que este vieja porque los futbolistas de igual forma pueden jugar con una pelota embarrada y los médicos pueden operar con los instrumentos que han ocupado antes. Juan Kongos fue lo que me sentó hoy, como paréntesis entre el snobismo y el sarcasmo, esas noches en que reíamos fueron de lo mejor, no existía nada más importante que reír, todo el mundo era huevón para nosotros, eso no ha cambiado, el mundo sigue cabizbajo. Recuerdo que soñábamos con irnos en un Cadillac robado a recorrer Chile de norte a sur y redescubrir a las perras del camino, beber en los bares donde los abuelos roñosos dejan caer la lágrima número cinco millones, ahora tu deberás pasear con un coche y esa nueva persona que tendrá tu sangre, el asunto no tiene nada catastrófico, es una nueva sonrisa, el problema no es una embarazada sino que sabemos que las embarazos se evitan con hielo, el que a hierro mata a matraca cae. Todos los textos, todos los diálogos del mundo pueden convertirse en Literatura. Unos serán de gran contenido, otros vacíos. Los vacíos no comprometen a nadie, los llenos de intención casi siempre terminan con la vida de alguien.
-¿Cuánta gente a muerto por decir lo que piensa?, eso le sucede a Juan Hongos,
intentan matarlo por ser un francotirador de lactosos espermios que conocieron la última puerta sin saber que existía un umbral primero. Eureka es cada día que pasa un mejor cagadero. Estoy bebiendo cerveza y hablando con Dios, le pido que deje libre a Juan y que se lleve mi estudio descontrolado de la vida, cambié el éter por la cerveza, a fin de cuentas el hígado no piensa. Todo ocurre de noche, cuando los vasos pasan de mano en mano y de boca en boca, las sábanas se volvían lycra apegada a mi cuerpo, sonaba Elso Tumbay.
-¿Quién protegerá nuestras tierras de la oscuridad?, las ropas húmedas de tanto sudar. Las estrellas daban sus primeros gemidos y parpadeaban, desde la Tierra se veían azules,
rojas y amarillas, Antonia Jassim decía que podía distinguir entre los colores, Elver solo veía el techos de la casas. Ella habría terminado insatisfecha y por eso no dejó que lo sacara a tiempo, la cuota de los testículos fue a parar justo donde tenía que hacerlo, su puto óvulo. Juan debía terminar con la mano o sino ella se enojaba, siempre quería un bonus track, un repechaje, un bardo; que es el momento antes de morir. Juan Kongos no va a morir, porque no le teme a la muerte, no lo asusta ni el diablo, menos un niño. Un querido gusano gordo. En Eureka se enciende una esperanza, dudo que exista alguien más hijo de puta que tu, vacilo en mi conclusión final. Lo pienso aún, la vida es producto del sexo y la vanidad, del ego, del yo fui, yo soy, yo seré, es mejor que olvidemos la vendida existencia. Para mí existe una sola, después nos volveremos polvo como antes también lo fuimos. Ly García siempre esta atenta a lo que pueda decir Cruzila, lo criticó de improviso y le preguntó:
-¿Y como explicas entonces tu talento para escribir?
-Eso de mi talento lo sabemos tu y yo. Nadie lo ha visto. Entonces no existe.
-¿Qué tontería es esa?, nadie ha visto el big band y todos quieren encontrarlo. Nadie ha visto realmente a Dios y mira las iglesias, mira a todos los insolentes que se hacen candado chino en los monasterios budistas.
-La virtud no es hereditaria, es solo virtud.
-Quieres decir que tus escritos son originales.
-Por supuesto.
-No creo. La reencarnación existe. Todos los cerebros son iguales. Como te explicas
“Las cosas nuevas que se repiten”.
-¿Cómo te gusta la manzana?, ¿con cáscara o pelada?
-Con cáscara.
-A mí pelada. Encuentra para que eres buena y perfecciónate encerrada en tu pieza, un estudiante puede dejar a su profesor de boca abierta. Un obrero a un capataz. Nuestra aventura dura el tiempo que necesitamos. No creas que algo viene de atrás. Sería como
despertar en otro cuerpo, ¿crees eso?
Ly García guardo silencio unos segundos y hojeo un libro de Salman Rushdie, después leerlo unos segundos se tomó la cintura y efluvio un leve eeehhh, no continuo hablando.
La próxima elección de Presidente será como elegir mierda de lentes, mierda de dedos, mierda chica, mierda azul, mierda roja, mierda fresca, mierda seca o huevón de mierda. Para la votación es necesario esterilizar las urnas y los votos, y si rociamos a los candidatos con soda caústica es mejor aún.
La perra sigue siendo pateada, eso quiere decir que los problemas aumentan, cada persona tiene un millón de problemas, pero en un momento recuerdan uno y ese es el peor, al rato recuerdan otro y ese es el peor.
En la Plaza del Barba está sentado un rasta ermitaño, se alimenta de frugelé y frutas que deja la feria, come una naranja que pela de un movimiento salvaje, se quita los zapatos y se ríe del tremendo agujero de la suela, camina y busca sus uñas mirándose las manos duras y negras, llega al grifo y deja los zapatos en el suelo, mete la mano buscando agua y consigue unas miserables gotas, luego ve que un abuelo está regando las plantas y los árboles y le pide agua, tiene sed y estoy seguro que ama el agua, por dentro y no por fuera. Sus olores
infames van transformando la cara del viejo y trata de improvisar una tos nerviosa. Vuelve donde sus zapatos y un ciclista se le acerca a buscar conversación. El rasta se va, se envuelve un chaleco azul al cuello y camina hablando solo como si estuviera retrasado con los tramites del lunes por la mañana, en una casa venden cubos, son de hielo con sabor a mote o a ciruela, también hay de leche de mipalo, puedes comer cualquiera, todos te van a caer mal al estómago, las niñas se entrenan con el porte del cubo, lo meten y lo sacan con ritmo, es un precoz entrenamiento que dará frutos y niños y placeres de orgasmia, desvelos y dolores de piernas. Tiritones, alegrías que solo puede brindar una mujer chupapico.
Una paloma blanca come migas sobre una alcantarilla, las garrapatas se comen un perro, en la esquina del carácter a los hombres les brota el caribe, es un fenómeno cocacolesco, poleras floreadas y bermudas. Mis vecinos quieren más al Nintendo que a sus madres. En la Plaza de la Paloma Sagitario hay una mujer paseando a su perro blanco y desinfectado, los bichos se encargarán de recordarle que está en Eureka Pus y se lo contagiarán. Como a todo. La metáfora con nosotros serían los narcos, los pacos, los buenos, los malos, la izquierda, la derecha, cualquier extremo es un pantano y la mujer pasea al perro blanco y desinfectado, no estoy tan seguro que sea una mujer, pero si que es un culo, lo mueve con fuerza, como un preciado amuleto, supongo que su idea es que miren más su culo que su cara. Se da vuelta y lo confirmo. Es un culo. Las mujeres pensarán: -¡Que maricón!-, las pendejas adolescentes corren moviendo las tetas más de la cuenta, los niños de Eureka imitan a su ídolo con paletas de madera porque es necesario para ellos sentir esos golpes de triunfo en sus manos. En Eureka está lleno de Spice Girl de cartón y borrachos de un sorbo, se mantienen en pie con esnifes de “salopa” o zólben molido, cualquiera pateadura al cráneo los hará sentir menos ebrios. Los detesto, esas personan me incomodan, ellos hablan de mí y yo escribo como los detesto, es el mismo grado de copucha, dejaré de hacerlo y cerraré la ventana para evitar oír a los hermanos evangélicos, predican con los ojos cerrados en una catarsis en lengua, salud hermano, el hombre que canta tiene manchada la corbata con vino y con palta. De una vez por todas ira toda la mierda que tengo para ustedes, traficantes analfabetos hablar de ustedes es de mal gusto, -¿Con qué se emocionan malditos?, acaso consiguen la merca prestando el culo de sus madres. Un día alguien traficará vida y lo asesinaremos como a Jesús.
La muerte entra por la nariz de muchas formas, respirando y exhalando, los dylers no necesitan ingenio, yo soy blando, soy desconocido y tengo espinillas dentro de las orejas, Ly García dice que no tengo ni pizca de corazón. El maldito trabajo de tirar cajas me está deformando la cara y siempre quiero estar haciendo otra cosa, pregunto la hora cada dos segundos, ¿qué hora es?, estoy cagado de sueño, estoy para la cagá, quiero dormir. Soy una metáfora, no un trabajador diurno, “WORKED, WORKED MOTHERFUCKER”, un trabajador es irremediablemente el estropajo de alguien maloliente, mi calle es Eureka, el alquitrán que aúlla.
Siempre el Roli anda con las comisuras blancas, le cuelga el merengue, su nariz rara vez no tiene el amarillo de las chicotas, según Ly García es igual que azúcar sin limpiar, azúcar rubia, los asuntos tibios son los reservados.

Ly García : ¡En tu casa tienes un woodstock de sonidos!
Elver : Alguien debe salir corriendo, me gusta tu sonrisa.
Ly García : Sospecho que dices la verdad.
Elver : Puedes pensar lo que quieras.
Ly García : Tu también te ríes muy bonito.
Elver : ¿Por qué dijiste que sospechabas una verdad?
Ly García : ¿Acaso no puedo?
Elver : Es imposible, nadie pude sospechar una verdad.
Ly García : Si puedo, te traiciono antes de comenzar.
Elver : ¿Antes de comenzar que cosa?
Ly García : ¡El Mundo!
Elver : ¡Basura!
Ly García : El mundo es bello si se mira con la sencillez de un niño, el planeta Tierra siempre ha estado a favor de la vida, mira sus ríos, su sangre transparente y sus árboles que juntos representan la purificación de los días y las noches.
Elver : Es difícil limpiar las noches de Eureka, este cagadero es el octavo mundo, ¿de que mierda hablas?, este barrio nunca podrá salir adelante.
Ly García : Levantas la voz cuando dices cosas del odio porque el amor se dice en voz baja, eres tan evidente.
Elver : Eso es Shakespeare.
Ly García : Eso es mi barrio…recuerda que Eureka también es mi barrio. Yo también veo como los comunistas encienden neumáticos en la avenida y llegan los policías y se van empapelados de garabatos y piedras y los comunistas continúan prendiendo velas en la cuneta recordando a los muertos.
Elver : Lo encuentro decente.
Ly García : Yo no he dicho lo contrario, el problema es cuando llegan los barristas, las cloacas, los perdedores reales, los trashers y protestan por nada, dicen que están aburridos y tiran cadenas a los cables de electricidad y cortan la luz para cogotear. Los muertos no están para ese show, el once es para recordar, no un disco rallado que se repita cada año transformando la emotividad en patéticas carreras de pendejos encapuchados.
Elver : La música también tiene que ser nueva, igual que las manifestaciones, quizás nos estemos esforzando demasiado por conseguir ideas frescas y alguien improvisa cualquier lesera y todos le creen y le siguen.
Ly García : Cuantas cosas realmente buenas no han comenzado siendo el sueño de un loco, yo te recibo Elver con los brazos abiertos aunque tu traigas la boca con sangre.
Elver : Estoy harto del arte del orto.
Ly García : Eso es vulgar, pero es cierto.
Elver : La inteligencia es una enfermedad del cerebro.
Ly García : Yo creo que es una guerra anónima.
Elver : Nada nuevo.
Ly García : Escuché a Pánico y es igual a Pixies y la Velvet, después a Upa y se parecen a Duran Duran, La Ley es igual que Talk Talk y para que seguir.

Elver : Los Ex igual a Sonic Youth, Mal Corazón a The Smiths y Shogún a Nine Inch Nails…también encuentro que Jirafa Ardiendo es muy parecido a Primal Scream.
En el mundo continua subiendo el volumen de la risa de las mujeres, los empresarios llevan la guerra como un órgano de sus cuerpos y destruyen y sobornan los diálogos y la consecuencia es la crisis del país. Un remolino de tierra envuelve a la feria y un predicador grita en contra del diablo y le veo cara de diablo, el remolino es el coludo según los mitos urbanos poblacionales, se ensucian las vitrinas de manzanas fuji y naranjas valencia. Unos abuelos juegan Rayuela y desconocen a Córtazar, cuando lanzan el tejo se les ve la Rayuela y toman pipeño en un vaso hecho con una botella cortada, chupan el trozo de naranja que flota en la superficie del veneno, una micro aplasta a un niño que corría detrás de un volantín, su muerte fue la misma de lo que perseguía, ambos se fueron cortados. Los traficantes venden éter y estoy aprendiendo casi de memoria el idioma del olvido. No me mata la vida, no me mata la muerte. La inteligencia no tiene nada que ver con la lectura, un chupatinta casi siempre es un idiota.
Mis amigos beben cerveza y se vuelan en marihuana, dan vuelta autos estacionados y roban motos, una noche estábamos en la casa del Che Barraza y Emiliano Wail salió a comprar, unas minas que estaban sentadas en el suelo le gritaron:
-¡Trae algo para picar!- Emiliano respondió: -¡Que te parecen unos zancudos!-
La casa estaba hedionda a incienso y cualquiera que viniera y respirara pensaría que éramos krishnas o que se nos estaba prendiendo el poto. Emiliano volvió con tequila y cojeando, decía que por mirar una pelea de dos giles en bicicleta se cayó en la entrada de la botillería y que por suerte fue de entrada, porque de salida se habría quebrado el botellón.
-Me caí en la puerta de la botica, quedé cojo.
-Ningún cojo es bueno.
-Yo no cojeo.
-Cógeme
-¿Aquí, estás segura?
-Vives en las nubes, estás ignorando lo evidente.
-La calle está llena de Jims Morrison pintando el mono.
Las horas parecen arrastrarse. Con tantos amigos drogos todo se vuelve un lío de mierda. ¿Qué nos dirá la luna esta noche?, un evangélico se bebe quince litros de vino y sale a gritar:
-¡LEVÁNTATE LÁZARO, ¿quién dice la verdad?, ¿la rata es fea?, la virgen es mugrienta, yo la vi tomando ron con los Filisteos Y LES MOSTRABA LAS PIERNAS!-
En la esquina se quema la fe y se nos presenta una oportunidad fiestera, El Perno dice que tiene una fiesta donde una compañera cuica del curso que arrendó un galpón en la Plaza Brasil y que todos podemos ir, solo existe una constante, en la puerta va a estar el pololo de la cumpleañera y para entrar debemos decir la contraseña “TOMO TODO” y caminar hasta la barra y tomar. Sin perfume y sin plata nos fuimos cara de palo y entramos al sitio rodeado de parejillas amorfas de mujeres bailando entre ellas y Elver Cruzila al ver semejante aberración, corrió hasta el lugar y comenzó a bailar con una, Saturnino no perdió más tiempo y tomó a la otra por la cintura y se armó la juerga, Saturnino hablaba de Josh Wink y Paolo Salvatore, Emiliano Wail servía los vasos con una sonrisa de oreja a oreja, él tenía un pasado como garzón y aprovechó de saludar a las primas de la festejada que eran unas gorditas metidas a presión en sus vestidos para etíopes, Emiliano trabajó en una recepción que dieron los militares para otros militares, a cada trago le echaba un escupo, algunos momios dicen que es una mala persona, otros que era genial, yo le presté plata para la micro esa tarde.
La noche se ponía cada vez más desvencijada, había sexo en los baños y todos se corrían mano delante de los padres de la niñita celebrada, ella por supuesto estaba gozando montaba en un ariete de carne desconocido. El galpón humeaba y las chicas se ponían cada vez más calientes con tanto alcohol en sus cuerpos, una rubia me sacó a bailar una canción que decía estribillos de las botellas de Coca Cola y le tomé la cintura con entusiasmo, al instante murmuré en su oído cosquilloso:
-¿Tu no pareces una botella de Coca Cola?, ¡para ser bien sincero pareces…!
-¡¡NO LO DIGAS!!- gritó ella confundida.
La solté asustado y ella a mí, se ponía roja y cada vez más roja, era un tanto gorda pero muy bonita, no quise ofenderla, traté de arreglar su noche y exclamé:
-¡No te sientas ofendida, la botella de Coca Cola no es tan bonita!-
Se fue y se puso a besarse con el Che Barraza, sentado en un water dormía Damián, Saturnino trató de reanimarlo con canapés, no había caso, el Che le daba como caja a la rubia en la casita del lado, según él, la ofendida tenía un gollete de primera y se había sentido mal porque yo de mala suerte confundí su envase. La fiesta seguía arriba, en los rincones habían algunos duros mendigándose droga entre ellos, el dueño del local se dio cuenta de la orgía descomunal del baño y entró repartiendo combos y botellazos, la niña que estaba de cumpleaños lloraba, el maldito había interrumpido su mejor coito en meses y los demás alegaban con el viejo de mierda intrometido, todo se había ido a la cresta, nuestra ubicación en el mundo encandiló a las brujas, no tendremos problemas con ellos, sin duda volveremos a caernos y volveremos a levantarnos, y sin darnos cuenta volveremos a caer. En las esquinas hay grifos para los incendios y para los conversadores, Saturnino se calienta cada vez que bebe y habla, su imaginación revienta en ego y nihilismo cruel, nadie llama a los bomberos porque todos quieren seguir gritando. Uno que no conocíamos trató de poner orden en los diálogos y le pegamos por intruso. Duró menos que un candy como moderador nocturno. -¿De qué trataba la luna esa noche?- No recuerdo, pero si sé que nos alejamos cantando por la Avenida Brasil.
En Eureka no está precisamente lleno de roqueros, pero si de “rosqueros” o personas que buscan terminar peleando las cosas que los otros quieren terminar durmiendo o masturbándose. Tuve que golpear a un imbécil después que intentó probar suerte con Ly García, ella caminaba despreocupada del mundo y un hijo de puta prototipo construcción le lanza el piropo vulgar en mi nariz, si existe algo horrible en la vida del humano es el piropo vulgar, -“Te comería los mojones”- le dice.
Me volví justo delante de su cara barbuda y le di en medio de los ojos con todos mis nudillos comprimidos, el tipo al suelo y nosotros a un bus. Era increíble como celebrábamos el combo, uno solo, pero seco, sin vuelta, era un poco más grande que yo, pero cayó como saco de papas al cementerio. Los grandes caen más fuerte que los chicos, es una mala estadística, como todas, igual creo que existen más mujeres que hombres, al menos se dejan ver más, como comercio, un poto una moto, unas tetas un auto, una prima una tele, una loca una raya. El Rasta Pedro sigue caminando descalzo, mira los autos y grita en silencio con gestos de animal rabioso, es un sistema de poder absurdo, sé que la vida lo desilusiona, cada código, cada sonrisa, el caminar lo despega del mundo, es Eureka y el Aeropuerto, los escolares y la sopaipilla, el carrito manicero y los niñitos cagados de hambre, el borracho que conoce a una viuda y se aprovecha de ella, son los malformados y la tierra. Mucha tierra en las cabezas, en la mía, son verdaderos arenales de mentira y dolor, se cae la ciudad y las casas pueden soportan un invierno más con los ladrillos en el techo, la gente pone cualquier sólido arriba para evitar tener que levantarse a media noche a poner otra vez las planchas que volaron, el viento es un incomprensivo que te come la cara y que pasa sin que podamos golpearlo, el viento hacia adentro y hacia fuera. Respiro y continuo leyendo Opio y Shangai Baby a la vez, me esperan Kerouac y sus Vagabundos del Dharma y La danza de la realidad de Jodorowsky.
-¿Estás escribiendo?, siento la máquina.
-Chao, bup bup bup, ya ridículo, ¿quieres colgar?
-Te volviste loca.
-El teléfono me tiro unos peitos.
-Fui yo, fue un beso.
Se cortó la comunicación, volvió a sonar el teléfono, pensé que era Ly García nuevamente, pero no. Era Damián Jassim.
-¿Qué hiciste en la mañana?
-Trabajé.
-Tu trabajas en la tarde.
-¿Llamaste a tu prima para que venga el sábado?
-Te doy el teléfono y tu la llamas.
-¡YA!, YO LA LLAMO.
-Estas loco. Después te la cuentearias y yo igual me la pescaba, era super puta, bueno es, somos primos pero igual me dejaba atraparle el conejo y otras guevas.
-Me gustaría tocarlo.
-Elver, piensa en mí, es mi prima, me da miedo, es una loca.
-A mí me gustan las minas locas para tener sexo, esas perras que parecen indias amazónicas. Tienes que bajarlas a puñetes del cabeza de gato.
-Si te entiendo Elver, pero ese incesto es mío y no quiero que lo cagues.
Se corta la luz en La Población, el gobierno corta la luz por la sequía y Yolanda Sultana sale con la ocurrencia de traer el agua de las Lagunas del Sur Chileno, otros años diluvia y no hay un taxi cantaba Cerati.
-Ok, te respeto.
-No podría ser de otra manera.
-…
-¿Elver estás ahí?, ¡RESPONDE! saco de guevas.

La música sin querer me dice que hoy ya no soy yo. Puede ser un accidente nena, pero hoy ya no soy yo. Paso días flotando, no me esperes, tengo ganas…a veces. Sin quererlo el gobierno vuelve románticas las tardes y las noches de los pobres, con velas y hojeando revistas porno. Me dejo caer un poco de esperma caliente en los brazos y el olor a pelo quemado me da arcadas, este olor a quemado, porque existe otro pelito quemado que los hombres llamamos cuando una mina está apretada, o sea de piernas gruesas y el vello de felpa incendiándose. Mi familia cree que estoy borracho y me preguntan por unos tragos que se perdieron, la falta de luz me beneficia, no pueden ver mis ojos y mi aliento a sido purificado con chicles de canela, los tomé porque no sabía que existían, los deje en mi bolsillo por curiosidad, la curiosidad de robar.
-Hola Elvertigo.
-Hola compaile, ¿cómo estás?
-Bien, ¿estás trabajando supongo?
-Sí, en Dos en Uno.
-¿Y que haces ahí?
-Soy chicle imbécil.
-No creo…no creo…(la pensaba), vos soy goma.
Suena el teléfono, levanto y digo:
-En este momento no estoy, pero puedes dejar tu mensaje después de la señal.
-¡Aló Luna!, hablas con el amigo buena onda que conociste en la salsoteca, te acuerdas de mí, arreglé el auto, te espero el viernes a las diez en la esquina de Coito con Cachimboy, no faltes princesa porque voy a dejarte los calzones por el suelo y me pondré Prolong.
El trabajo es una manzana roja y grande al principio, y tiene una hoja para mostrarse más coqueta y elegante, suena swing en mi cabeza, muerdo un poco y no quiero seguir mascando, igual la engullo a pesar que la toma el aire y la pudre. Los eternos viajes en micro me tienen los testículos como platillos, una madre le dice a su hijo que no duerma y que espere al heladero, ella primero se asegura que la puerta esté cerrada. Un calvo era mi supuesto e impuesto jefe, claro que yo era capaz de volarle el culo con un estornudo, el amar el trabajo es igual que chutear trancado. Para hablar sobra tiempo, algunos están sentados, solos y todavía esperando.
Me destruyo a gran escala, el cansancio me incentiva a consumir sustancias químico energéticas, repongo unas cajas y lleno los estantes y quedo vacío yo, aunque esas cosas no me pertenezcan. Las anfetas son rápidas y lentas al mismo tiempo. Entiendo poco al mundo, las necesidades humanas tropiezan y caen. -¿Qué ridículo?, mover el culo, trabajar, peinarse, trabajar, un guascazo, dos palomas, pedir disculpas y escribir, hacer el amor y hacer parar la micro. Reír, punto seguido de fumar.
-Alguien debe explicarme. ¿Venimos al mundo a superar qué?
-¡Señor…hoy tendrá que quedarse tiempo extra. Ayer se retiró temprano y sin autorización!
-Bien jefe, hoy tampoco me quedaré.
Por supuesto que me voy, ese pequeño lío de mierda me costará el trabajo, -¡Por Dios!-, crisis económica en todo el mundo y yo “El Abril” quedaré cesante. Me comporto como un escolar rebelde, al carajo con los jefes, las fechas y los horarios.
Sigo siendo exacto como mosca en la caca, como hediondo en la hípica, como copucha en almacén, como grasa en vulca, como gato en cité, hay tantas cosas exactas que se repiten, como chino explotador y turco usurero, todo lo que hago es poner rabiosa a la gente rabiosa, soy una peste con resfriado. Soy muy grato. Mis vecinos son clanes de Pedro Navaja, cuando desperté y salí a la calle a trabajar iban llegando a Eureka los borrachos discotequeros, que son algo así como los Vatos Locos, o los Juatos Potos, ellos son lo contrario de la limpieza, la lucidez y las vigilancias. Aún me quedan extrañas lágrimas de leche, en el supermercado se pasean hermosas mujeres adineradas que se preocupan no de los que les falta en la despensa, sino de lo que les queda menos, un reponedor de benzatina les canta moviendo las manos como tentáculos de pulpo jalado:
-“Chupen la callampa…quiero ver tu vista blanca, tu ojete heroico…tu culo gordo”-
Mientras hago crecer el capitalismo con mis manos marxistas voy pensando en la clase de perros que están a mi lado, distingo una raza que muerde despacio: -las esposas rubias-.
Cuando encontré este trabajo supe que todos los que me daban ánimo eran unos flojos de mierda que veían en mí al Mesías que compraría las cervezas cada quince y cada treinta, siempre supe que buena suerte era ser un vago, con el sueldo mi idea inicial era comprar una batería usada y poder tocar con Damián Jassim, pero él no tenía muy claro si quería formar una banda o un fansclub de U2, cuando se ama algo con tal intensidad es sin duda porque te ha dañado, cuando los músicos buscan una esposa en realidad quieren una carátula.
Nos subimos a un taxi la noche del sábado con Saturnino, vimos que el taxista zigzagueaba en la Avenida, era una pirueta al volante, los tres estábamos muy locos y Saturnino empezó con las preguntas de rigor:
-¿Amigo, cuéntenos, lo han asaltado alguna vez?
El taxista me miró por el retrovisor y exclamó:
-¡Una noche se subieron tres hombres y me enterraron una cuchilla por las costillas, yo tengo una promesa con mi patrón…si me salen a asaltar yo acelero y me reviento contra un árbol o un poste (mientras cuenta el novelesco argumento digno de Paul Auster se tira a los portes y a los árboles), Saturnino grita:
-¡¡ABUELO DE MIERDA, TE VOLVISTE LOCO!!-
-Tranquilo tata!-, gritaba yo como una puta que perdía un cliente.
El taxista continuo manejando con precaución:
-Mi patrón y yo hicimos una instalación aquí abajo, ( nos mostraba un supuesto injerto de cables que volaría el auto en caso de asalto), tenemos conectados el motor y el estanque de bencina, si yo llegara a tocar esos cables volamos los tres, soy un “coche-bomba” como los de la ETA chiquillos.
-No le creo nada-, dije mirando el nombre de la calle.”El callejón de los Perros”
-¡¡Qué¡¡, ¿que dijiste?, ¡madre mía!…yo nunca meto la mano ahí abajo.
-Ja Ja ,viejo culiado mentiroso- gritó Saturnino riendo.
Nos bajamos del taxi y el hombre se bajó con nosotros, nos despedimos de manos. Todo tenía gran sentido, ahora no. El taxista quería entrar con nosotros a la fiesta, le dimos la cortada no sin antes prepararle un combinado. En la fiesta Saturnino cantó imitando a un Morrison a mal traer y tocó la gloria cuando todos salieron al patio a ver quién estaba cantando, después se abrazó con el infierno cuando insultó a una muda y lloró porque no se había dado cuenta de la sordera de la niña. Nos dormimos en el bus de vuelta a casa y soñé que la droga era un mundo animal pleno, en dónde la cocaína la tenían los puercos, para que la movieran los perros y la consumieran los monos, los pollos y los caballos.
Los que no escriben dicen escribo y los que nunca se han metido muerte en la cabeza lo dicen más que los demás, los que beben se etiquetan y los que roban siguen negándolo, los músicos se pifean entre ellos y los perros sangran en la cuneta, los asesinos encuentran que la vida es buena y se jalan chicotas hablando de Dios, Masushi me telefonea y me dice que nos encontremos en la esquina del Piano Piano, le pregunto por el rumor que escuché:
-¿Dicen que vas a ser papá?
-¿Quién te dijo?
-Escuché por ahí.
-Es verdad, era una sorpresa.
-¿Para quién?
-Para ustedes.
-¿Qué importa eso?, el que debería estar sorprendido eres tú.
-Sí, si lo creo, siempre pensé que era estéril.
-¿?…¿Por qué?
-Porque me acosté mil veces con tu hermana y nunca pasó nada, todos los días intentaba…y nada.
-¡Por teléfono es fácil decirlo!-
Nos subimos con Saturnino que viene llegando del País de las Maravillas y destapamos una cerveza helada que nos hace recordar el temple de los dientes y olvidar la muerte del cangrejo. Masushi dobla las esquinas como Akira y escucha a Freddy Fresh muy fuerte con sus nuevos parlantes que compró a un angustiado de ocasión, iniciamos una nueva terapia con un estado de ánimo acelerado, desde meses que no participaba, el trabajo me tenía prisionero de las cajas y los horarios, el auto avanza entre los camiones de ferianos y el viento se trae unas abuelas sin chauchera, Masushi pasa los cambios y habla de nuevos músicos suecos, en la Avenida Eureka está lleno de personas muriendo de pena y nosotros reímos y bebemos cerveza, Saturnino trae también un poco de sus sabias crisis de pánico.
Damián nos lleva a una nueva picada de cuetes que resulta ser una antigua población de moscas que sueñan con cambiar, los paquetes son gigantes y están envueltos en hojas de cuadernos con tareas, unas muchachas de trece parecen de treinta y unos giles sienten fiebre pasando frío. Nos vamos en piragua al beatificado Noviciado, lo vamos a viciar, eso queremos, viciarlo y lo apretamos antes de que él alcance a darse cuenta, Saturnino bebe Heineken y grita desde el asiento trasero:
-¡¡LA MUERTE ABRE SUS PIERNAS DEPILADAS EN NURENBERG,
CON SUS JUGOSOS GENITALES SOVIÉTICOS…LA PROMISCUIDAD BAUTIZA
LA JUVENTUD HACIÉNDOLA HONESTA!!-

Un silencio retuerce el auto, todos habían entendido que el ángel sobrio se estaba volviendo demonio, todo yuxtapuesto, “volviendodemonio”. Damián trataba de beber mientras el auto saltaba en los baches del camino, lo hacía de igual forma, Masushi intentaba esquivar los hoyos, pero eran muchos y el laser del CD saltaba inventando un beat, era como escuchar una canción olvidada, al rato escuchábamos Pink Floyd y pasábamos por un lugar donde muchas veces nos vimos intoxicados en éter, ahora teníamos marihuana de verdad, con sello de calidad incluido, Damián cortaba el papelillo y sonreía de puro volado, aplaudimos a Masushi por su hija que nacería, una futura Camila.
El viento traía tierra y paja y hasta grandes hojas de árboles que todavía invaden nuestros pensamientos, algún maestro fumaba sentado en un andamio limpiando vidrios y el viento del Noviciado nos estaba despreciando, era demasiado y Pink Floyd sonaba agudo y muy fuerte. El viento maldito me estaba dejando ciego, yo parecía un loco gritando en medio del remolino, -¡Es el diablo, hijos de perra, es el diablo!-
Corrí hacia un lado y el remolino gigante quería conmigo, me seguía con furia como un tigre a la varilla, como una metáfora a un poeta, me seguía como los adictos a la muerte, como los roqueros a la fama, el remolino era el diablo y andaba en busca de mi esencia, no creo en el alma, pero eso quería. Algo tonto de mí y se lo dí. Un piedrazo.
-Todos vamos a ser famosos el día de nuestro accidente.
-Hoy soy yo, mírame los brazos, tengo tierra hasta en la raja.
-El remolino tiene razón.
-Tu cabeza es el remolino Elver.
Quedé de guerra, sudado y con tierra encima. Seguimos bailando y haciendo deporte, Damián sin polera se veía blanco, casi transparente, como un Burroughs quinceañero, Masushi caía en locura rebotando y corriendo calle de tierra abajo, de vuelta a la vida, a la ciudad muerta, de vuelta el rebote, apuntábamos a unas botellas vacías, volviendo placer cada sonido, congelando imágenes en los archivos de la mente, sintiendo que el amor hacia sonar la manilla de la puerta por la parte de afuera. Volviendo a los amigos paseo. Creyendo firmemente en los asados y el vino. Soplando cenizas, escondiendo la fuerza de la personalidad, cambiando el disco. Stop. ¿Cortarán nuestra luz?, es fin de semana, como pueden hacerlo, de igual forma, no podrán con nosotros, tenemos pasajes hacia el sol, y el viento de las montañas.



3 comments:

Lavah said...

sera?? jajaja siempre hay mucho que ver por las ventanas, eso es tan cierto...:) como sea, chido blog, :) n___n

Coctelmarx said...

Olvidaste a ese guaton que abrìa las cervezas con gran originalidad, pero era psicopata y desconfiaba de él. Era invitado esa vez, no pertenecía a la logia.

Elver Cruzila said...

Veo que el margen nos permite comentarios en lenguaje de celular,
ta gueno the (guiónbajo_)maki, no me digas que eres otro anónimo?