Cuando la mentira es la verdad. (torobayo ego mix)

-Nutritivo -decía Saturnino mientras pedaleaba. Cross mentía con su estado de ánimo y sus comidas, según él no comía chatarras, y sin embargo, era normal para mi verlo engullir completos, pollos asados y papas fritas. Ciertamente Saturnino no es un mitómano, yo creo que es un soñador henchido de ilusión, un buda alprazolámico con lagunas mentales que a menudo lo hacen perder la consistencia, su estado ánimo a variado, pasó de sol muerto a luna triste.
-Me gusta esa palabra. Nutritivo –decía y continuaba avanzando por la carretera asoleada, pedaleaba más rápido que un ciclista normal, se alejaba hasta desaparecer del pelotón, su bicicleta era un water, y sin problemas, podía avanzar con gran velocidad. Comprendimos que no era importante el instrumento que utilizaras, sino que la forma de hacer el ejercicio debía ser importante, impactante, la rigurosidad y la mentira de avanzar bajo el sol rabioso. Ya habíamos quedado atrás, y Saturnino como un pájaro feliz se fundía de velocidad por la ruta, antes de encender mis motores me pude dar cuenta que, en exacta realidad Saturnino escapaba, era esa la verdad, arrancaba de la ciudad apenada, era sincero, y esperaba que saliera bien la aventura, -cuando la mentira es la verdad –cantaba Divididos en mis tímpanos retrasados, ya casi me rendía muerto de cansancio, calor, y desilusión, por haberme equivocado, otra vez, al iniciar esta loca empresa de dos ruedas. Estaba pensando en parar un rato, y descansar, pero Saturnino me esperaba con agua mineral bajo un sauce milenario antes de emprenderlas contra la última recta, votamos las bicicletas a un costado y nos sentamos a beber, cuando reiniciamos el viaje, volví a perderlo de vista.



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