LA NOCHE NO SE MANCHA (o era la pelota)

Seudo orgasmo visual con obvio preámbulo óptico, léase como “guelito” de calzón asomado o tirante de sostén caprichoso sobre el hombro. Eso de la multiorgasmia femenina es cierto y también alcanza para nosotros que nos excitamos con los prismas ajenos de cualquier chica, es más, cualquier escena medio calentona de la tele ya nos hace levantar carpa, y de rompe y raja, nos erectamos con unos cachetes adolescentes en movimiento o las piernas de una secretaria treintañera de aspecto cándido y a la vez, dionisiaco y bestial. Pensamos, ¿chucha paren?? Sigan…Cualquier mujer con grandes senos y majestuoso escote podría hacernos hablar idioteces por horas, todo para mirar de cerca al par de tetas y poder tenerlas a centímetros de la boca, en casos algunos tipos eyaculan en el acto o en su efecto a los minutos mientras recordando esperan la micro. Hay veces que sus perfumes son los orgásmicos y nosotros pensamos en el cautiverio y las palizas sexuales que seríamos capaces de soportar por ese olor. Son mujeres, las mismas que crían niños, que amamantan hienas, que lavan potitos cagados, que enseñan a los infantes a correrse el forrito para atrás y mear dentro de la taza. A veces las llamamos “chicas” sabiendo también que existen mujeres enormes, este contrasentido eventualmente fue creado por un asno, un misógino o por un pendejo bisexual en plena noche de luna llena.