Thursday, January 11, 2007

LA NUEVA RETÓRICA DE IAN PO

Todavía no encuentro la forma de empezar el primer capítulo, acto, escena, suicidio, paso irregular cometido a propósito, en líneas generales me interesa que se sepa que estoy dichoso y feliz de almorzar con Ian Po, dormir con él, ir a la feria, vagabundear tomados de la mano o subido en mis hombros con su chasca al viento, parece que su alma de niño se mudó hasta mi interior. Esta nueva retórica intenta dejar de manifiesto la maravilla de la comunicación, parte crucial de la que yo me había ausentado como padre, ahora soy su nuevo guía espiritual, antes era incapaz, era un padre contemplativo, afligido, ahora estoy liberado de culpas, considero que me he entregado, para resumir en tres palabras, hemos mezclado nuestros mundos, o falta poco.
-¿Cierto Papá que nosotros tenemos pene? –me pregunta Ian Po cazando dos corbatitas con salsa y carne a la vez, su tenedor tiene a buzz light year en el mango y me pide más jugo, como no lo inflo se sirve solo, no le doy boleto a su sed, pero eso no tiene importancia para él, cuando levanta el jarrón sospecho que lo botará y da vuelta el vaso casi lleno y moja la mitad del mantel, eso como consecuencia directa de mi sordera y de mi poco iniciativa, pero como es sabido no debiera tener mayor relevancia, pero la tiene y con un grito demencial casi lo dejo pegado en el techo, Ian Po frunce el ceño y mastica con rabia. Comimos almejas con limón y cilantro de entrada y mientras Ian rumiaba con la comida en la boca se cagó de sueño, sorbeteaba el jugo y mordía sin ganas como lo haría un pequeño chicha encañado en la madrugada del Mercado.
-¡Papá tengo sueño!
-Recién nos levantamos pequeño Ian Po.
-No importa, igual tengo mucho sueño.

En un aspecto central esta fue nuestra masculinidad, en mi carácter un huésped de ocasión, en Ian los primeros asomos. La retórica que Ian nos propone es trascendental cuando las cosas son poco claras, para él todo es belleza, el sol es sol y es alto y caliente, la taza tiene una sola oreja y no por eso es sorda, al contrario que sea así la hace entretenida, la taza y el sol son para Ian unos buenos amigos y muy bellos, todo es magnífico en su pequeño mundo, el angelito irracional ama a los objetos, a las formas vivas de las flores, a los lápices, a las gaviotas, a la utilidad, a la inutilidad, Ian Po nos enseña a embellecer lo invisible, ¿de que nos serviría llorar la muerte de una flor?, el
indefenso señor guagualote llamado Ian Po, lo hace, ¿de que forma podría ayudarnos reír pisando una miserable araña?, ¿de que manera alcanzaríamos toda la fuerza del mundo con solo tocar el lóbulo de otra persona?. Ian Po y sus extrañas manías se nos muestran en plenitud con la nueva retórica de manojos abiertos, cualquier dolor incalculable es conforme a la igualdad de nuestra naturaleza, es por eso que sonreímos cada vez que alguien estornuda, es por lo mismo que nada es serio, nada es cierto, nada existe, todo es esencial. Ciertamente creemos que la belleza de las cosas no es tan evidente, es favorable entrar a la magia por la puerta trasera y sin ser descubierto. Con esta nueva labia viviremos, creceremos a los pies de nuestra retórica embeleca y no nos disgustamos con nadie, claro que la nueva retórica es vulnerable cuando aparecen primitivos que nos hacen dudar. Por último haciendo un gran esfuerzo sobresale Ian Po con su exquisita oratoria de niño y mientras canta algo que nadie entiende dibuja cocodrilos, elefantes, puentes colgantes, bicicletas y todo con tres rayas en cualquier dirección, otra vez me acaricia el lóbulo, pero esta vez de la otra oreja, me lo toca con suavidad, no comprendo bien porque lo hace tan generosamente con esa pequeña parte, me acaricia con fascinación, hace muecas y se regocija con el acto a cada segundo, con sus tres años sabe contar en inglés hasta cinco y a ratos creemos que es un prodigio de la lengua, no calla en todo el día, introduce chamullos sobre chamullos y con una distinguida malicia que estremece, hace sonidos que rebalsan al candor más imbatible, hasta sus catarros y flatos desmedidos son de una pomposa retórica aún desconocida. Ian Po está barnizado con la sensibilidad natural de un infante terrible y nuestras reverencias hacia él siempre son escasas, insuficientes para todo lo que nos entrega diariamente.
-¡¡SONRÍE PAPÍ!!-me grita. TE VOY A SACAR UNA FOTO DE MENTIRA.
En sus manos solo tiene los dedos, y hace chic con la boca.

5 comments:

Claudia Trejos said...

Que maravilloso relato te has mandado Elver Cruzila, al fin veo asomo de la ternura que tanto disfrazas de bravura en alguno de tus escritos y que mejor que desatándola para hablar de Ian Po, que al parecer anda en el País de Ian hablando con teléfonos, gatos y tazas.
Siga deleitándonos
Un abrazo Perséfone

exabish said...

HAY VECES QUE LA INTENSIDAD DEL ALMA AFLORA,QUE LO VERDADERAMNETE INTENSO BROTA SOBRE LO SUPERFICIAL..
ME GUSTO ESTA ENTRADA. MUESTRA A UN CRUZILA MAS HUMANO Y MENOS CRITICO, MAS SENTIMENTAL Y SOBRETODO CON GANAS DE RECUPERAR AL NIÑO QE HAY DENTRO DEL..
BUEN rELATO Y TE a mis favoritos

decidovivirsinlimites said...

hola..gus¡¡¡¡¡ ..UN ABRAZO .felicidades por este relato tan esperado .

Elver Cruzila said...

Que les guste esta literatura es obvio, pero me dío mucha alegría que así fuese. Estoy coordinando ideas...ya viene el osito de púas.
Existe tal vez solo una persona en el mundo que me dice "gus", o sea existen dos, porque Damian LÚcido también ha seguido ese alter-ego, Oriana Jass eres tú?
Bendiciones para tí y, MI AMIGO PERSONAL, Sinohé.

Nanomanfull said...

Las letras y la vida te han hecho cambiar, pero lo que Ian te ha hecho sentir, ni las letras ni la vida lo cambiaran .
Un gran abrazo amigo