Monday, January 08, 2007

TETAS (breves y difíciles conclusiones excitadas)

Tetas grandes, gorditas, extranjeras y blanquitas.
Tetas pérfidas, respingonas y duras.
Tetas gigantes y con finos pezones, casi inexistentes.
Tetas inmensas, caídas y blandas, como las migas de un kilo de pan.
Tetas chicas y caiditas, pero existe una constante, gotean leche al amanecer.
Tetas rebotando armónicas, endiosadas. Tetas de maniquí calva.
Tetas escandalosas. Tetas aplastadas con pezones salientes.
Tetitas pequeñas con una gran aureola, muy blanquitas y por sobre todo, suaves.
Tetas rebeldes, amantes de la libertad. Sin sostén ni peto.
Tetas muy gordas, blandas y flácidas, al tacto se reducen un cincuenta por ciento.
Tetas medianas, inexpresivas y muy separadas, además de pezones oscuros, como si huyeran de los hombres excitados.
Tetas enanas, casi solo un pezón, y duras, como pequeñas pichulitas.
Tetas gigantes, caídas y muy pesadas, con los pezones hacia abajo. Apenadas, considerando su serenidad de subsuelo.
Tetas medianas y con lunares, globos, senos, gomas, pechos.
Tetas. Tetas super caídas, pero orgullosas y con pecas.
Tetas perfectas igual que bofetadas.
Tetas anoréxicas y deprimidas con serios trastornos alimentarios, y psicológicos.
Tetas lésbicas, que sin duda, se ramifican cada día, para mala cueva de nosotros.
Tetas de oriente, chinas, tailandesas que parecen tapones de lavamanos.
Tetas miopes que no se ven, que nadie las ve, que es mejor no verlas, aunque sean las menos son tetas para hacerles desprecios.
Las tetas peludas de una perra laica o de un guatón tetudo.
Tetas en paz, que resucitan después de tres días.
Tetas aliñadas con esencias, perfumes, escotes, polvos, aceites, realces.
Tetas piolas, o sea están, existen pero nadie las pezca.
Tetas sado, de pezones mordidos, con piercieng, que han pasado por latigazos, cadenas, arnés de cuero y furiosas cachetadas.
Tetas correteadas, las chupamos una vez y la dueña nos patea.
Tetas que nos preparan una emboscada, después de tocarlas caímos y nos vamos cuenta que solo eran un maruño de calcetines, trapos y efectos ópticos.
Tetas duras como palo, de una excelente “personal trainner”.
Tetas a buen precio, se hayan en boliches, casas de putas, supermercados, topless.
Tetas caras que se pasaron rollos y se levantaron de raja, antes fueron tetas de precios populares, intentan pasarnos gato por liebre.
Tetas cinéticas o en sempiterno movimiento.
Tetas solas que anhelan el cobijo ensalivado de nuestra lengua.
Tetas gloriosas, o sea de la señora Gloria Lazo en la película “La Frontera”.
Tetas sofisticadas, dignas de un “chill out” en Quintay.
Tetas gélidas de pezones negros.
Tetas ávidas de mis palmas.
Las tetas de tu hermana, y de la mía.
Tetas espontaneas a las que sin lamer apostaba Ginsberg.
Tetas tiesas y de pezones marcados, con las puntas oscurísimas y además con pequeños poros elevados en los bordes de los chupetes.
Tetas nomás, (estas tetas no calientan ni a la dueña)
Tetas solteras, tetas casadas, tetas viudas, tetas de espantapájaros.
Tetas hídridas, parecen mezcla de glutios y masa encefálica.
Tetas tristes, beatas, vírgenes, solas con un rosario sobre ellas.
Tetas atómicas que consiguen que miles de hombres caigan rendidos.
Tetas rabiosas, proletarias, rebeldes, subversivas, aperradas.
Tetas de teve, farándulescas, ordinarias, inexistentes, banales.
Tetas ortopédicas, adjuntas al cuello.
Tetas inquietas, nómadas, casi siempre pertenecen a vedettes, travestis o pendejas en pleno desarrollo púber, tetas paradas a la fuerza.
Tetas intrusas, que se meten en la boca de cualquiera.
Tetas “premium”, sobre cuatro en número de sostén, sobre noventa en medida anatómica.
Tetas y mucho más que simples tetas, las chuparía un año seguido.
Tetas infladas y de pezones hacia arriba que dejan manifiestos en tetas, denotan también una suprema arrogancia, se saben exquisitas.
Tetas infantes y juguetonas que rebotan por desgracia nuestra e iniciativa de la dueña.
Tetas arrugadas.
Tetas fachas, tetas comunachas.
Tetas callejeras, en cierto modo, escotadas.
Tetas blanquitas y chiquititas.
Tetas enlutadas que han perdido a su compañera en una guerra contra el cáncer.
Tetas pegadas al cuerpo y separadas por un hueso en medio del pecho, con pronunciadas aureolas, casi rosadas, se puede distinguir su clara intención de enfurecernos.
Tetas engullientas que desean ser comidas todo el tiempo.
Tetas resentidas, o sea nunca bien manoseadas.
Tetas en constante aprendizaje, de escolares se entiende.
Tetas “cashual” de blusa transparente y sin sostén, iluminadas, románticas, en los bordes de lo “fashion”.
Tetas desbocadas, desordenadas que aturden a los hombres después de rebotar en sus rostros.
Tetas desesperadas que aman, sin más remedio, a un manco.
Tetas negras, tetas camboyanas. Tetas indiferentes y delicadas.
Tetas condenadas de pezones puntiagudos, perpetuos.
Tetas pequeñas, pero dignas.
Tetas feas, que de alguna manera nos perturban.
A fin de cuentas, “tetas”, todas redondas y celosas de ellas mismas.

5 comments:

MAR said...

ESTA SI QUE ES UNA ODA A LA TETA, BUENO CON UN POCO DE CRITICA.
Mis cariños,
MAR

Robert Vandenbego said...

Uf menuda obra sobre la Teta, interesante.
Saludos ;0)

Robert Vandenbego

Elver Cruzila said...

Todavía pienso en la foto que debí poner.
Un abrazo para ustedes.

exabish said...

FALTO EN REALIDAD LA FOTO...

Elver Cruzila said...

Coctelmal o neuramentes podrían ayudarme con una fotito de tettitas, ya los veo...
Tekosky.