El cumpleaños de Diego Masushi es una fiesta volcánica con excesivos fulgores rojos de cansancio y amarillos de bilis estomacal. Llegamos al pueblo vecino en donde el frío fue inventado, es un pueblo nuevo y las casas están siendo habitadas lentamente, los vecinos de Diego son todos de alma polar, en la avenida principal el arte rebalsa con mudos gritos, esculturas de tallarines con bistec y huevos fritos, Diego pone alfombra roja para la ocasión, me muestra la casa y Saturnino se acerca al asado, no para prepararlo, ni para comer, sino para mirar, me muestra un tarro inmenso con ponche y trozos de piña y durazno, suena preparado Funky Broadway de Wilson Picket, Ly García conversa con Elia Jass en el patio, Diego come canapés de carne vegetal, -“los puse por si alguien no come asado” -dice mezclando el disco, entra con Albert King, se soba la guata y eructa.
Camila es la esposa de Diego y se siente mal, creo que es por la cagá que está quedando, Diego la acurruca como buen recién casado, unos huevones que ni conozco miran como todos bailamos, gritamos y bebemos, parecen salseros, o voyeristas cursis, Diego baila con energía y Saturnino parece caminar en algodón, Ly García me toma del brazo y me saca a caminar por el frío de esas montañas al lado del aeropuerto, cierro los ojos y me besa, estamos muy borrachos y creemos que podremos excitarnos con el menos pico grados, le bajo los pantalones lentamente, pero de un movimiento ya no los tiene sobre donde quiero investigar, sus calzones húmedos y mi mano hasta las cataratas, podía sentir su espesa primavera negra, mis besos fríos sobre su cuello frío, la hacía perder el juicio, se mordía los labios y yo mordía sus pezones, ella se molestaba de placer y me decía que la mordiera y yo lo hacia con fuerza, jamás pensé que tendría sexo oral con Ly García, sus rebeldes escrúpulos me servían de dato cuando cerraba los ojos y se tragaba la roja cabeza y me miraba con la ingenuidad de una chupapicos novata.
Al volver a la fiesta de frentón suena Steve Stoll y bailamos desordenados y sueltos con gritos de hombres étnicos desconocidos. El exótico Diego cambia la música y nos trae comida africana y panqueques mesopotámicos con pulpa viva, los manjares se derriten al aire y con el piano en llamas. Las luces dan el entorno espacial necesario, una lámpara, un libro y un sillón, el escritor es Baudelaire, la lámpara halógena y el sillón, muy cómodo. En medio de la pista me flaquean las piernas y caigo al suelo pegajoso, Igor me levanta de un tirón, bebo un trago y busco a mi mujer, Diego prepara sus audífonos amarillos para mezclar, Saturnino le grita: -Ray Charles -comienza Hit the Road Jack, y un desconocido hace la nunca bien ordeñada vaca, no tengo estómago para seguir y sin embargo, continuo, y aplaudo la iniciativa. Van y vienen las botellas y la televisión comienza a obtener su canal seis, veo mosaicos grises que se mueven y gritan y continúan moviéndose, por favor, ¿hasta cuando?, ¿quien va a encenderme denuevo?.
Ly García quiere pararme del suelo y la mando a la mierda, Igor no moriría, sus pastillas se lo prohíben, Saturnino se pone el parche antes y se cuida de no ser el escabroso borracho de siempre con sus maniaco-depresivas ideas del mundo, ocultó al lenguasuelta que acostumbra gritar poesías graves, folk-men y monólogos tristes, Saturnino necesita una oreja ajena para saciar su alcoholismo, para sanar de pronto, es bueno parar, pero quien caminara por nosotros los bares nocturnos y nocturnos de día, hablamos de escribir y de ser escritores, todo el mundo está chalado para los intelectuales, esa noche protegió su ridícula borrachera adormeciéndola y me da asco, le preguntaría: -¿Has pensado en la gran pareja que somos cuando nos emborrachamos?, somos la pareja de tango que es aplaudida en las fondas, nos respetan y nos muerden, pero no nos tragan.
El hogar de Diego es hermoso, hasta la casa de la gata tiene dedicación, la niña recién tiene un diente y su ángel la protege tan bien que sonríe a cada segundo, el pasto acuicado de las cunetas y veredas, los árboles frutales escapando por los techos de las casas y en las plazas los duraznos y manzanos sirven de arco de unos pololos futboleros, las frutas son planetas jugosos y caramelos envueltos de ternura de luna de miel, las copas han rebalsado la mesa y los cojines del living están mojados con cerveza, nuestras espaldas también lo están y el suelo y seguro que una que otra raja, partí a vomitar al baño y encuentro a Saturnino sentado, con las manos en la cara y los pantalones en los tobillos, lo vi y el intenso olor a caca de canapé africano me tentó a una bofetada terrible y se la doy con toda mi fuerza, el puñetazo fue tan fuerte que Saturnino se levanto y me dio uno mucho más efectivo, cerca de la ceja y caí desvanecido, al otro día tenía una fractura en un dedo, vomité cinco litros de cerveza y ponche y pisco, todo revuelto, mientras lo hacia gritaba:
-Soy un líquido, soy un líquido -y seguía mi grifo imparable, le pregunté a Saturnino como sabía tanto de mi delirio umbilical y dijo: -Tuve que sacarte del vomito, te estabas cayendo dentro del guater y el maldito vomito estaba ahí.
-¿Qué clase de amigo eres?, si me estoy cayendo al vomito me salvas y cuando me pegaron cinco punkitos en la Blondie no hiciste nada, ¿no te entiendo?
-Si te estaban pegando tantos huevones era porque tenían razón.
-¿Estás huevón?, podrían haberme matado.
Saturnino creaba, siempre inventaba o le ponía mucho más a las historias, nunca copiaba el original, sino que adulteraba los cuentos para hacerlos mas sabrosos, como diría el papá de Diego que está en Venezuela, -Sabroso, ese culo está sabroso-. Al volver a mi casa les cuento sobre la fiesta, les cuento lo que pueden saber, o sea los tragos y los canapés, mi padre es un bebedor fino de esos que toma hasta quedar raja, los prados interminables entre las piernas de Ly García para que necesitaban saberlo, eso era mío, en medio del parque hay una pileta con un viejo pascuero desnudo y los renos son medios homosexuales medios remos, Facundo exclama:
-¡Soy un anti0 elegancia bohemia!, mejor anda a dormir.
-Te crees muy revolucionario porque te aprendiste esos párrafos en manuales de arte francés de vanguardia, a mi no me sorprendes ni con tu muerte.
-¿Cómo se te ocurre llamarme revolucionario?, soy un trabajador esforzado y los
revolucionarios lo único que hacen es oponerse a otros revolucionarios que se levantan cinco minutos antes, o más tarde que ellos, de eso se trata la revolución, de persuadir o cambiar la vida del otro. Los revolucionarios son flojos y un revolucionario que ame no existe, yo amo a tu madre, así que no podría serlo, ¿entiendes?, piensa dos veces antes de hablar, usa la cabeza, no el culo. Vicente Huidobro no creía en los viejos, no deseaba saber nada con ellos, pero a mi padre no puedo ignorarlo, sabe siempre las respuestas que necesito, esas sin consistencia, no sabe nada profundo, todo a ras de suelo, habla como vive mientras sigue soñando en silencio, los prólogos y las editoriales Facundo se las salta y responde solo con precisión retocada de cultura desteñida, relativamente se equivoca, o se equivoca mucho, porque la fiesta de Diego no tenía nada de elegancia bohemia, los prados y las piletas eran solo ilusión y se lo dije para causarle una buena impresión, eso fue el error, las buenas impresiones terminan como malas intenciones, en la casa habían cuadros con despegues de aviones, electrónica principalmente, los banderilleros de la loza estaban desnudos y jugaban al lado de los parlantes de la pista, son fashes de poesía cósmica.
Después de vomitar varios litros quedamos con el estómago vacío, los canapés entraban en mi estómago con la velocidad de una princesa ardiendo.
Antonia Jass conversaba con Saturnino y fumaban del mismo cigarrillo, él le miraba los labios con sincera devoción y ella movía el pie con ritmo. El la cabina musical Rolland las oficiaba de DJ, mezclaba más o menos, osea con tristeza, cerebralmente mareado, Rolland le parpadeaba a las chicas y algunas entraban después de la misma escena repetida mil veces. Elia Jass se engrupió con los tragos y los pestañeos calientes, después de una horas volvieron del monte pasados a eucaliptos. Rolland sudando y un poco nervioso preguntó:
-¿Diego puedo ducharme?
-Claro, te traeré una toalla seca.
-Oye, ¿el agua es potable aquí, cierto? -Rolland tose y desvía la mirada.
-Yo creo que el agua es potable. Pero para mayor seguridad de voy a comprar una mineral saco de mierda.
Oíamos Syd Barrett y su gato siamés, la alta borrachera se complicaba cada vez , solo alguien como Barrett podía hacernos sentir así, eufóricos y ultra- alocados, creo que Diego esperó tener treinta años para mezclarnos su música, el puerco fascista de Llovet, pensaba entre sus megalomanías cuicas, que a los treinta años sabías verdaderamente quién eras, tal vez Diego sin saberlo, ciertamente sea, un chalado discjockey religando la vida.
Camila es la esposa de Diego y se siente mal, creo que es por la cagá que está quedando, Diego la acurruca como buen recién casado, unos huevones que ni conozco miran como todos bailamos, gritamos y bebemos, parecen salseros, o voyeristas cursis, Diego baila con energía y Saturnino parece caminar en algodón, Ly García me toma del brazo y me saca a caminar por el frío de esas montañas al lado del aeropuerto, cierro los ojos y me besa, estamos muy borrachos y creemos que podremos excitarnos con el menos pico grados, le bajo los pantalones lentamente, pero de un movimiento ya no los tiene sobre donde quiero investigar, sus calzones húmedos y mi mano hasta las cataratas, podía sentir su espesa primavera negra, mis besos fríos sobre su cuello frío, la hacía perder el juicio, se mordía los labios y yo mordía sus pezones, ella se molestaba de placer y me decía que la mordiera y yo lo hacia con fuerza, jamás pensé que tendría sexo oral con Ly García, sus rebeldes escrúpulos me servían de dato cuando cerraba los ojos y se tragaba la roja cabeza y me miraba con la ingenuidad de una chupapicos novata.
Al volver a la fiesta de frentón suena Steve Stoll y bailamos desordenados y sueltos con gritos de hombres étnicos desconocidos. El exótico Diego cambia la música y nos trae comida africana y panqueques mesopotámicos con pulpa viva, los manjares se derriten al aire y con el piano en llamas. Las luces dan el entorno espacial necesario, una lámpara, un libro y un sillón, el escritor es Baudelaire, la lámpara halógena y el sillón, muy cómodo. En medio de la pista me flaquean las piernas y caigo al suelo pegajoso, Igor me levanta de un tirón, bebo un trago y busco a mi mujer, Diego prepara sus audífonos amarillos para mezclar, Saturnino le grita: -Ray Charles -comienza Hit the Road Jack, y un desconocido hace la nunca bien ordeñada vaca, no tengo estómago para seguir y sin embargo, continuo, y aplaudo la iniciativa. Van y vienen las botellas y la televisión comienza a obtener su canal seis, veo mosaicos grises que se mueven y gritan y continúan moviéndose, por favor, ¿hasta cuando?, ¿quien va a encenderme denuevo?.
Ly García quiere pararme del suelo y la mando a la mierda, Igor no moriría, sus pastillas se lo prohíben, Saturnino se pone el parche antes y se cuida de no ser el escabroso borracho de siempre con sus maniaco-depresivas ideas del mundo, ocultó al lenguasuelta que acostumbra gritar poesías graves, folk-men y monólogos tristes, Saturnino necesita una oreja ajena para saciar su alcoholismo, para sanar de pronto, es bueno parar, pero quien caminara por nosotros los bares nocturnos y nocturnos de día, hablamos de escribir y de ser escritores, todo el mundo está chalado para los intelectuales, esa noche protegió su ridícula borrachera adormeciéndola y me da asco, le preguntaría: -¿Has pensado en la gran pareja que somos cuando nos emborrachamos?, somos la pareja de tango que es aplaudida en las fondas, nos respetan y nos muerden, pero no nos tragan.
El hogar de Diego es hermoso, hasta la casa de la gata tiene dedicación, la niña recién tiene un diente y su ángel la protege tan bien que sonríe a cada segundo, el pasto acuicado de las cunetas y veredas, los árboles frutales escapando por los techos de las casas y en las plazas los duraznos y manzanos sirven de arco de unos pololos futboleros, las frutas son planetas jugosos y caramelos envueltos de ternura de luna de miel, las copas han rebalsado la mesa y los cojines del living están mojados con cerveza, nuestras espaldas también lo están y el suelo y seguro que una que otra raja, partí a vomitar al baño y encuentro a Saturnino sentado, con las manos en la cara y los pantalones en los tobillos, lo vi y el intenso olor a caca de canapé africano me tentó a una bofetada terrible y se la doy con toda mi fuerza, el puñetazo fue tan fuerte que Saturnino se levanto y me dio uno mucho más efectivo, cerca de la ceja y caí desvanecido, al otro día tenía una fractura en un dedo, vomité cinco litros de cerveza y ponche y pisco, todo revuelto, mientras lo hacia gritaba:
-Soy un líquido, soy un líquido -y seguía mi grifo imparable, le pregunté a Saturnino como sabía tanto de mi delirio umbilical y dijo: -Tuve que sacarte del vomito, te estabas cayendo dentro del guater y el maldito vomito estaba ahí.
-¿Qué clase de amigo eres?, si me estoy cayendo al vomito me salvas y cuando me pegaron cinco punkitos en la Blondie no hiciste nada, ¿no te entiendo?
-Si te estaban pegando tantos huevones era porque tenían razón.
-¿Estás huevón?, podrían haberme matado.
Saturnino creaba, siempre inventaba o le ponía mucho más a las historias, nunca copiaba el original, sino que adulteraba los cuentos para hacerlos mas sabrosos, como diría el papá de Diego que está en Venezuela, -Sabroso, ese culo está sabroso-. Al volver a mi casa les cuento sobre la fiesta, les cuento lo que pueden saber, o sea los tragos y los canapés, mi padre es un bebedor fino de esos que toma hasta quedar raja, los prados interminables entre las piernas de Ly García para que necesitaban saberlo, eso era mío, en medio del parque hay una pileta con un viejo pascuero desnudo y los renos son medios homosexuales medios remos, Facundo exclama:
-¡Soy un anti0 elegancia bohemia!, mejor anda a dormir.
-Te crees muy revolucionario porque te aprendiste esos párrafos en manuales de arte francés de vanguardia, a mi no me sorprendes ni con tu muerte.
-¿Cómo se te ocurre llamarme revolucionario?, soy un trabajador esforzado y los
revolucionarios lo único que hacen es oponerse a otros revolucionarios que se levantan cinco minutos antes, o más tarde que ellos, de eso se trata la revolución, de persuadir o cambiar la vida del otro. Los revolucionarios son flojos y un revolucionario que ame no existe, yo amo a tu madre, así que no podría serlo, ¿entiendes?, piensa dos veces antes de hablar, usa la cabeza, no el culo. Vicente Huidobro no creía en los viejos, no deseaba saber nada con ellos, pero a mi padre no puedo ignorarlo, sabe siempre las respuestas que necesito, esas sin consistencia, no sabe nada profundo, todo a ras de suelo, habla como vive mientras sigue soñando en silencio, los prólogos y las editoriales Facundo se las salta y responde solo con precisión retocada de cultura desteñida, relativamente se equivoca, o se equivoca mucho, porque la fiesta de Diego no tenía nada de elegancia bohemia, los prados y las piletas eran solo ilusión y se lo dije para causarle una buena impresión, eso fue el error, las buenas impresiones terminan como malas intenciones, en la casa habían cuadros con despegues de aviones, electrónica principalmente, los banderilleros de la loza estaban desnudos y jugaban al lado de los parlantes de la pista, son fashes de poesía cósmica.
Después de vomitar varios litros quedamos con el estómago vacío, los canapés entraban en mi estómago con la velocidad de una princesa ardiendo.
Antonia Jass conversaba con Saturnino y fumaban del mismo cigarrillo, él le miraba los labios con sincera devoción y ella movía el pie con ritmo. El la cabina musical Rolland las oficiaba de DJ, mezclaba más o menos, osea con tristeza, cerebralmente mareado, Rolland le parpadeaba a las chicas y algunas entraban después de la misma escena repetida mil veces. Elia Jass se engrupió con los tragos y los pestañeos calientes, después de una horas volvieron del monte pasados a eucaliptos. Rolland sudando y un poco nervioso preguntó:
-¿Diego puedo ducharme?
-Claro, te traeré una toalla seca.
-Oye, ¿el agua es potable aquí, cierto? -Rolland tose y desvía la mirada.
-Yo creo que el agua es potable. Pero para mayor seguridad de voy a comprar una mineral saco de mierda.
Oíamos Syd Barrett y su gato siamés, la alta borrachera se complicaba cada vez , solo alguien como Barrett podía hacernos sentir así, eufóricos y ultra- alocados, creo que Diego esperó tener treinta años para mezclarnos su música, el puerco fascista de Llovet, pensaba entre sus megalomanías cuicas, que a los treinta años sabías verdaderamente quién eras, tal vez Diego sin saberlo, ciertamente sea, un chalado discjockey religando la vida.
8 comments:
Los ancianos de la tribu te dicen: bienvenido.
Ever de noche tras noche de roche.
En el mejor de los infiernos nos vemos.
Un abrazo
Que tal Lord, ya creí que nadie posteaba, es un agrado recibir una invitación al infierno, ya creo que eres pariente de Rimbaud.
Un abrazo.
Elvercruzila, desde el culo del mundo.
aver ,a ver, que no te posteen no significa k no te lean y cache que cambiaste el blog hace unos dias ya..
casi una semnaaaa..jajja..solamente que he estado debatiendo de actualidad internacional en otros blog..(lo que uno hace de ociosa..las caga..todo para decir que me meti enm ene paguinas porno jajjja).. na.. toi web.. cuando tenga time te leo en extenso..me gusta comentar de lo que escribes.. besos cruzila..
QUE BUEN POST, ESCRIBES LA........VARIADO ME GUSTO LO LEI DE PRINCIPIO A FIN Y PARECE QUE YO LO VIVI.
BESOS PARA TI ELVER.
MAR
Una cosa es que a veces uno no postea pero de que la visita se hace se hace.
esta power el escrito y saber que esta sin retoques le da ademas otro sentido .
aver..cruzilla lloron..
he leido de principio afin esta weaita.. y me encanto.. tu vomitas ls palabras... no se como xuxa lo haces pero las sacas de adentro.. de una manera que asustas y das respeto...
en prosa eres un huayat de la poesia..
sigo pensando que no se k xuxa haces sin publicar o participar en algun concurso..
me encanta como escribes..
ya y eso no mas si no te vas aponer weoncito
Como ven me hice un tiempo y los agregué a todos a esta fiesta de las palabras, si falta alguien, por favor, saque número.
Elvercruzila.
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