¡¡ OYE NO GRUÑAS MÁS, YA ME VOY !! (pero por último devuélveme lo que te dí de manera absoluta. Mi amor)

Me levanto del claustro
metódico y literato.
Mi cama.
Busco desvergonzadamente
entre mis delirios complejos que mierda escribir,
quiero sorprenderte,
como siempre lo hacía,
hace muchos años,
cuando era un
”pendejo panketa rapado y excéntrico”.
Me creías todo.
Ya sabemos que el dolor de amarnos es imbatible,
vamos por la vida sufriendo como si nada,
quizás yo lo hago como merezco,
me salto un espacio mientras te escribo,
lo hago para respirar,
para oxigenarme,
para no olvidar tomar aire,
y también para pensar una vez más,
en esto que nos aflige,
en la incipiente ruptura,
y en que pasará con nosotros.
Todo se está yendo a la mierda.
Vuelvo a cuestionarme.
Espero que no me hueveé más la mala ortografía,
que me remarca palabras en el monitor de la computadora,
esas palabras mal escritas,
bien sentidas,
que la locura palabrera me subraya en pantalla,
es un spam,
un horrendo hacker nefasto y mula que acecha mis ideas,
me advierte que me estoy equivocando,
pero ya es demasiado tarde.
-Reina –REÍNAME-
-¿Crees que puedas hacerlo?,
por vez primera estoy en completo acuerdo contigo.
En la medida que avanzan las horas,
me freno,
me estanco,
creo que ya no me quieres,
y es muy triste pensarlo y sentirlo,
imagina como debe ser –no sentir-
Acabo de escribir sobre putas que nunca vi,
manoseadas chiquillas imaginarias de mi mente,
quiero que me ames,
como algún día lo hiciste,
estás en coma porque tu amor está muriendo,
le doy respiración boca a boca
y consigo salvarlo.
Unos segundos más.
Unas horas.
Te estabas haciendo la muerta,
y casi lloro de felicidad
cuando me respondiste con un apasionado beso.
Hablando y escribiendo en serio,
eres una mujer,
yo quisiera que fueras mi mujer,
pero está claro.
Estamos al borde de un punto final.