LA ODA DEL TÉ (fuí de compras al Alma- zen)

(Suena una tuba de la India)
Todos bailan en el aire con su magia iluminada mientras Ian anda como loco por el patio en su bicicleta nueva, canta una canción llamada “Mi equilibrio espiritual”. Pongo la tetera sobre el quemador de la cocina, antes le coloco agua como para cuatro tazas. Me intranquilizo un tanto pensando en la once, camino alterado porque no tengo plata para comprar pan, ni nada. Caliento unos trozos añejos que de igual forma nos salvarán la tarde. Llamo a Ian Po con un grito despiadado, el llega corriendo y me enrostra que no quiere pan tostado, que le carga, dice que quiere “huevito a la copa nomás”.
Preparo la mesa, el pan está caliente, tenemos mantequilla, queso fresco y mermelada de duraznos, todo nos aguarda sobre un mantel con motivos navideños, es marzo pero no tenemos presupuesto para cambiar de estilo con cada fiesta que se le ocurre a algún gueón. Ian Vicente quiere comer todo de una vez, le pido que espere un poco, le explico que se puede quemar;
- “Quédate quieto MIERDA ”-le grito. Obedece a medias.
Nos tomamos el té escuchando Nirvana, el pan no estaba tan añejo después de todo, un buen té soluciona todas las cosas, un buen té significa para mí, y para tantos, un gran motivo para poder beber en paz, sin gritos, sin derramar nada sobre el mantel viendo los bonitos tonos que da el sol cuando se esconde detrás de las persianas.